Los comerciantes de Europa están en pie de guerra por nueva ronda de encierros
Los gobiernos afrontan crecientes protestas y están teniendo más dificultades para imponer las restricciones a medida que las pequeñas tiendas reclaman por la competencia "desleal" de los supermercados y Amazon.
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L. Abboud y V. Mallet en París
Muchos comerciantes europeos aceptaron a regañadientes cerrar durante las cuarentenas por coronavirus en la primavera del hemisferio norte, pero la segunda ronda de cierres este otoño está resultando una píldora más difícil de tragar para los propietarios de librerías, floristas y peluqueros de Italia a Irlanda, y más difícil para los gobiernos de hacer cumplir.
Los pequeños comerciantes de Francia, respaldados en algunos casos por sus alcaldes, se han quejado de la injusticia de las medidas impuestas por el gobierno de Emmanuel Macron desde el viernes, argumentando que las restricciones a las tiendas favorecen a las grandes cadenas y minoristas en línea como Amazon.
Y se enfurecieron aún más tras el lanzamiento adelantado del "Viernes Negro" de Amazon, que se suponía sería el 27 de noviembre, lo que provocó protestas del Ministerio de Finanzas francés y la promesa de la compañía de dejar de publicitar la preventa.
“Lo que queremos no es solo dinero de ayuda”, dijo Francis Palombi, quien encabeza la Confederación de Comerciantes Franceses. "¡Queremos sobre todo abrir, abrir, abrir!"
En Italia, las protestas estallaron en una docena de ciudades durante la última semana, incluidas Roma, Milán, Génova y Palermo, después de que el gobierno aprobara un nuevo decreto que obliga a cerrar cines, teatros y gimnasios, mientras que los bares y restaurantes podrán abrir solo hasta las 18:00.
Los taxistas ocuparon la plaza central de Turín y los propietarios de restaurantes de Cremona golpearon ollas y sartenes. Las pequeñas empresas dicen que están al borde de la bancarrota, pero de todos modos se espera que el gobierno introduzca más restricciones mañana miércoles debido a lo que Roberto Speranza, ministro de Salud, calificó como nuevas y “aterradoras” cifras del Covid-19.
Las protestas complican el margen de maniobra de los gobiernos que quieren evitar más muertes y que los hospitales se vean abrumados, al tiempo que mantienen sus economías vivas. Macron había dicho que no quería un segundo cierre nacional, pero lo impuso de todos modos, en parte bajo la presión del comité científico del gobierno. Unos días después, la medida fue seguida por el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, quien también había prometido no aplicarla.
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Bendición para Amazon
El fin de semana, el gobierno francés buscó apaciguar a los pequeños minoristas cediendo a sus demandas de que los supermercados vendan solo artículos “esenciales” como comida y vino, que también se pueden vender en las tiendas de barrio. Pero los críticos predijeron que la medida abrirá más la puerta a los minoristas en línea, que ya se han beneficiado de la pandemia.
"Quiero garantizar que todos serán tratados igual, ya sea en un gran supermercado o en una pequeña tienda", dijo el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, quien también atacó a "un puñado de irresponsables alcaldes" que están "amenazando la salud del pueblo francés” al permitir que las tiendas abran en contra de las reglas del gobierno central.
Olivier Faure, líder del opositor Partido Socialista, se enfocó en lo que denominó como la incoherencia e incompetencia del gobierno. “Hay pequeños comerciantes contra los que compiten los grandes minoristas y entonces dices: No habrá competencia, cerraremos todo para todos. Pero al final del día es una bendición para Amazon, que será la única capaz de vender en este período de bloqueo”, dijo a la televisión France 2.
El retailer estadounidense se ha convertido en uno de los ganadores de la pandemia, y sus ventas globales se han disparado 35% en los primeros nueve meses de este año a US$ 260 mil millones, con los consumidores comprando en línea y las empresas utilizando sus servicios de computación en la nube para manejar el trabajo remoto. Complicada para seguirle el ritmo a la creciente demanda, la compañía fundada por el multimillonario Jeff Bezos contrató a 250 mil trabajadores en todo el mundo entre julio y septiembre.
La respuesta de los gobiernos europeos ha sido vacilante: a Fnac-Darty, una cadena minorista francesa que vende productos electrónicos, computadoras, libros, música y juegos, inicialmente se le dijo que podía permanecer abierta porque vende productos considerados esenciales como impresoras y computadoras portátiles. Pero después de que los libreros independientes y los vendedores de juguetes criticaran la decisión, fue obligada a bloquear sus secciones no esenciales. Ante una reacción similar, las autoridades belgas también han prohibido a los minoristas más grandes, como los supermercados, vender productos considerados no esenciales.
Alemania no cierra
Alemania, cuyo “encierro-light” entró en vigor el lunes, no ha llegado tan lejos como Francia y Bélgica. A diferencia del primer cierre, todas las tiendas podrán permanecer abiertas.
La decisión se basó en la evidencia de los asesores científicos del gobierno, quienes han argumentado que existe un riesgo mucho mayor de infección en lugares donde las personas interactúan socialmente, como salas de conciertos o restaurantes, que en espacios comerciales, que rara vez o nunca son la fuente de un brote de Covid-19.
"Se puede cerrar todo, tal vez sea lo más justo, pero no lo más práctico", dijo la canciller alemana Angela Merkel el lunes. "La idea de que la gente sólo está (satisfecha) cuando todo está cerrado no tiene ningún sentido económico".
Este es un argumento también esgrimido por los comerciantes irlandeses, que están librando una batalla similar a la de sus homólogos franceses y belgas después de que el gobierno de Mícheál Martin cerrara el comercio minorista no esencial durante seis semanas el 21 de octubre.
"La semana antes del cierre, de los 649 focos detectados de contagio, dos correspondían al comercio minorista y dos a aseo personal", dijo Neil McDonnell, jefe de ISME, un organismo comercial para las pequeñas empresas de Irlanda, citando datos oficiales.
De vuelta en Francia, al igual que en toda Europa, la prolongada batalla entre los comerciantes y Amazon se ha intensificado. El CDF, que representa a 450 mil pequeños minoristas, lanzó una petición en mayo para una moratoria a la expansión del grupo de comercio electrónico bajo el lema: “Sí a las tiendas de barrio; ¡No a los nuevos almacenes de Amazon!"